Escribió cerca de 50 libros y varios miles de artí culos, ensayos y reseñ as. Su Comentario a los Hechos de los Apó stoles en el texto griego (1951) marcaron el comienzo de una nueva era en los estudios bí blicos, para el mundo evangé lico, al ser considerado seriamente por la comunidad acadé mica. Aunque nunca estudió teologí a formalmente, fue un gran lector de ella y la Universidad de Aberdeen le confirió un doctorado honorí fico en divinidades en 1957.