Españ a se debate hoy en un interregno lleno de incertidumbres en el que sus pulsiones de progreso y atraso han elegido retarse en un duelo a muerte.
Esta es la cró nica exuberante de una pugna entre transformació n y resistencia que ha producido cuatro añ os de secuestro del mandato de las urnas. La crisis de los consensos de la transició n explica casi todo lo que ha ocurrido en esta dé cada hasta desembocar en el momento reaccionario en que estamos inmersos, cruce de pulsiones que recorren todo Occidente y que aquí toman cuerpo en la constelació n de un viejo nacionalcatolicismo que huele a Farias e incienso de sacristí a, con un momento trumpista definido por la imantació n popular de la má s patente y violenta imbecilidad polí tica.
En estos escogidos episodios nacionales pop ? por buscar una etiqueta que les dé linaje? se hace elocuente có mo se ha legitimado paso a paso una pulsió n antidemocrá tica mientras el funcionamiento institucional se esclerotiza. Pero tambié n se da cuenta de los é xitos parciales de la modernizació n polí tica, unos triunfos marcados por las urnas que está por ver si evitará n que el paí s regrese al furgó n de cola que ha ocupado en la historia de las reformas polí ticas de Occidente.