Cuando comenzamos a escribir la primeras lí neas de la presente
obra solamente querí amos presentar algunos datos relacionados con
las diferencias educativas entre hombres y mujeres, pero Dios nunca se
equivoca, nos fue llevando por diversos caminos del conocimiento a tal
punto que cuando acordamos nos encontrá bamos escribiendo mucho
má s, de tal manera que nuestras alumnas y compañ eras nos comenzaron
a impulsar a seguir hacié ndolo y comentar con ellas nuestros hallazgos a
travé s de conferencias y aportaciones en cursos. Por ello será indispensable
incluir en esta dedicatoria a Dios por facilitarnos los caminos y a todas
ellas por su maravilloso impulso al estar en nuestro camino.