Su primer intento artístico fue tocando el bajo en una banda de hardcore llamada Nepenta, luego en la cocina y más tarde en la Sociología, la Antropología, la militancia de izquierda y el punk. Ha escrito un montón de poemas (como pretexto para beber) y ha publicado algunos cuentitos medio porno en fanzines de casas ocupas como Improvisaciones caóticas, letras y gráficas destiladas . Elegido legítimamente como "El señor encebollado 2017", ahora, desde la pintura y la prisión de una oficina, sigue buscando la salvación.