Emilia y Natasha se despiertan en un destartalado albergue de Tokio y salen a desayunar a un restaurante de sushi cercano. Reanimadas, siguen adelante y se reúnen con algunos amigos. Entre ellos está el francés Raphaël, al que Emilia coge cariño de inmediato, y su interés no disminuye cuando se entera de sus activos entre las piernas.
La velada se desmadra con karaoke y copas, y cuando los demás se van a casa, Raphaël sorprende a Emilia llevándola a un Love hotel, donde puedes registrarte anónimamente durante unas horas para satisfacer tus deseos. La habitación es mágica y de ensueño, y Emilia pasa una noche inolvidable.