Se sabe, aunque la Iglesia siempre ha pasado de puntillas sobre este hecho, que San Agustí n, má s tarde Padre de la Iglesia latina, tuvo en su juventud una amante que le dio un hijo al que amó con predilecció n. Vita brevis es la carta manuscrita que supuestamente Floria, su amante, le escribió al hilo de la lectura de sus Confesiones. En ella, con ironí a y sarcasmo, critica a Agustí n por haber abandonado el verdadero y auté ntico amor humano para entregarse a uno divino, del que poco se sabe.