Mi madre sufrió la enfermedad de Alzheimer a principios de los añ os 80. Al final, tuve que ingresarla en una residencia de ancianos. Siempre que volví a de mis visitas, necesitaba escribir sobre ella, sobre su cuerpo, sus palabras, el lugar donde se encontraba. No sabí a que aquel periodo me conducirí a hacia su muerte, en 1986.
Al hacer pú blicas estas pá ginas, las revelo tal y como fueron escritas, fruto del estupor y el trastorno que entonces sentí a yo. No he querido modificar nada al transcribir aquellos momentos en que me quedaba junto a ella, fuera del tiempo, de todo pensamiento. Habí a dejado de ser la mujer que habí a conocido, que velaba por mi vida, y sin embargo, bajo ese rostro inhumano, por su voz, sus gestos, su risa, era mi madre, má s que nunca.