La portentosa culminació n del Cuarteto de las estaciones. Una celebració n del hecho de estar vivos en el mundo.
Llega el apoteó sico final de este ambicioso proyecto literario. Se recupera aquí el formato de enciclopedia personal, en este caso marcada por el estí o, lo cual da pie a hablar de la lluvia de verano y las lá grimas, los cerezos y los ciruelos, los cubitos de hielo y los helados, la pesca de cangrejos y las barbacoas. . .
Y entre estas reflexiones siempre sagaces y heterodoxas, se intercalan entradas de un diario í ntimo del escritor. Emergen, entre otros temas, sus proyectos literarios y la conflictiva relació n con su padre durante la infancia, y se nos relata la historia ? que el abuelo a su vez le relató al autor? de una mujer que vivió un amor prohibido con un soldado enemigo durante la Segunda Guerra Mundial. Y asoma tambié n, ahora que se cierra el ciclo, una reflexió n sobre la capacidad de la literatura para explicarnos el mundo.