a historia puede parecer sobradamente conocida: el hallazgo de una lá mapara permite cumplir los deseos de un joven de casarse con una bella princesa. Sin embargo, ya desde el siglo xviii, y sobre todo en el xx con las versiones Disney, el cuento ha sufrido tal cantidad de manipulaciones y arreglos que se ha desvirtuado por completo su sentido y, lo que es peor, se ha desvanecido su cará cter de antecedente del realismo má gico que sin duda tiene.
En su excelente pró logo, Khawam no só lo pone los puntos sobre las í es en cuanto a la historia del texto, sino que lleva a cabo una brillantí sima interpretació n de la importancia que tiene El libro de Aladino en la historia de la literatura.
Cuando René R. Khawam publicó la que hoy conocemos como la edició n definitiva y canó nica de Las mil y una noches, algunos lectores se sintieron decepcionados al descubrir que no pertenecí an a este libro algunos de los relatos tradicionalmente asociados a é l, como, por ejemplo, el de Aladino. Como explica Khawam en la introducció n a El libro de Aladino, lo que Antoine Galland bautizó como Historia de Aladino y su lá mpara maravillosa fue incorporado a Las mil y una noches muy tardí amente, despué s de que en mayo de 1709 el ilustre orientalista oyera una versió n del relato en boca del narrador sirio Hanna Diap.
Por ello, Khawam decidió que, como hiciera con Las mil y una noches, habí a que remontarse a las fuentes originales, que no podí an ser unas ediciones á rabes que edulcoraban los relatos, sino só lo las diversas copias manuscritas existentes. Esta es, pues, la primera edició n completa, sin arbitrarios cortes ni fantasiosos arreglos, de la historia de Aladino, en la que, en palabras del propio Khawam, 'má s allá del cuento moralizante [.], se perfila una obra de ambició n mucho má s firme: una suerte de novela de aprendizaje' con la que nace un nuevo tipo de realismo literario.
Pese a su brevedad y a la menor complejidad, El libro de Aladino se nos descubre como un libro tan importante o má s que Las mil y una noches, y su pú blico potencial es el mismo.