Will tiene treinta y seis añ os y no necesita trabajar porque su padre compuso una cursi canció n navideñ a, de esas que dan miles de libras en derechos. Y como ademá s es guapo y muy enrollado, lleva una vida estupenda, en un piso fantá stico y con una alfombra color crema que ningú n niñ o ensuciará jamá s, porque nuestro hé roe es un soltero recalcitrante. Hasta que un dí a conoce a Angie, una divorciada con hijos. Will se la liga, pero ella pone punto final a la historia porque aú n tiene una confusa relació n con su ex marido. Will comprende que las mujeres solas con hijos son una inagotable cantera de polvos estupendos y rollos con fecha de caducidad. Se inventa un hijo propio, y comienza a frecuentar una asociació n de padres y madres separados. Will seducirá a las madres, pero tambié n se hará amigo de uno de los hijos, el desamparado Marcus, que a los doce añ os parece mucho má s viejo que el treintañ ero Will. 'Una lectura de esas que te hacen cambiar la expresió n de la cara a medida que vas avanzando o reí r abiertamente esté s donde esté s' (J. Casanova, La Voz de Galicia); 'Se devora irremediablemente en cuestió n de horas con auté ntico placer' (La Tribuna de Ciudad Real).