Casi al lí mite del agotamiento, mientras nada en el mar con la furia de quien quiere liberarse de una noche de pensamientos obsesivos, el comisario Salvo Montalbano se topa, literalmente, con la investigació n má s difí cil de cuantas ha llevado a cabo hasta la fecha. En efecto, su hallazgo de un cadá ver medio descompuesto, con unos profundos cortes en las muñ ecas y los tobillos, desencadenará una serie de reacciones que hará n que se sienta má s aislado y superado por las circunstancias que nunca. La realidad polí tica, la actitud de la policí a hacia los inmigrantes, todo conspira contra su natural deseo de que se haga justicia con el cadá ver anó nimo, destinado si no, como tantos casos de clandestinos ahogados, a ser archivado sin má s trá mite y a perderse en un anonimato que, de un modo extrañ amente macabro, parece armonizar con la acuciante sensació n de soledad que padece Montalbano. Sin embargo, la iniquidad sacude por fin al comisario, borra del mapa cualquier intenció n de abandonar su profesió n y lo empuja hacia el arriesgado camino de una doble investigació n sobre unos delitos aparentemente independientes y só lo equiparables por la infame violencia que se adivina. Dos misterios que, a pesar de estar destinados a confluir en un punto determinado, se niegan a hacerlo, conformando un enigma inquietante que desbarata una y otra vez el rompecabezas. Al final del camino, la verdad que aguarda a Montalbano es de esas cuyo horror inconmensurable transforma para siempre a una persona, incluso a alguien tan curtido en mil batallas como Salvo Montalbano. En esta ú ltima novela de su famoso personaje, Andrea Camilleri ha dejado traslucir, con la profunda dimensió n humana que lo caracteriza, su enfado con un mundo que le disgusta, pero tambié n con quienes se acomodan, entre falsamente resignados y ocultamente satisfechos, a una realidad que casi siempre está sujeta a la voluntad del hombre.