Fui yo quien dejó a W. , tras una relació n de seis añ os. Por cansancio pero tambié n al no verme capaz de cambiar mi libertad, recuperada tras dieciocho añ os de matrimonio, por una vida en comú n que é l deseaba fervientemente desde el principio. Unos meses despué s, W. me anunció que se iba a vivir con una mujer cuyo nombre no quiso decirme. A partir de ese momento caí presa de los celos. La imagen y la existencia de la otra mujer se convirtió en una obsesió n, como si hubiera penetrado dentro de mí . Esa es la ocupació n que describo aquí .